MOMENTOS: ALGO CONTIGO 2º PARTE

Ocurrió hace mucho tiempo... en el otoño de las ojas secas. Acababa de cumplir veintitrés años y era joven, sin embargo parecía más anciana de lo que soy ahora. Vivía una vida aparentemente perfecta, pero la realidad es que nada de lo que había hecho hasta el momento lo había decidido yo. Por las mañanas me arrastraba hacia la universidad, estudiaba una carrera que no me gustaba y que me llevaba hacia un destino muy lejano al que había soñado, y por las tardes salía con el que por aquel entonces era mi novio, sin embargo nada de eso me llenaba. A la noche, cuando la oscuridad reinaba en mi casa, venían los fantasmas. El silencio alimentaba mis deseos y era entonces cuando nadie me podía escuchar, cuando emergían mis sueños: viajes lejanos, lugares por recorrer, miles de aventuras por vivir y el amor... ese amor que nunca había sentido.

Los días pasaban y cada vez los sueños se iban haciendo más breves, menos nítidos... los lugares que visitaba en mi imaginación eran cada vez más borrosos y lejanos, y el amor que yo anhelaba, tan solo era ya una utopía. Me había resignado a dejar de soñar... y quien deja de soñar, se deja morir de alguna manera. Y así estaba yo entonces, caminando hacia un destino que no quería.

El verano se había alejado, y el otoño asomaba tras los cristales. Volvían los días grises y los vientos fríos. La naturaleza dormía mientras en mi cuarto contemplaba el ocaso desde la soledad de mi alma. Es irónico ahora que miro atrás en el tiempo, pero por aquel entonces, mi corazón salvaje... tan solo hibernaba congelado... esperando ese soplo cálido de esperanza que le despertara...

Y ese soplo llegó una tarde, cuando las ojas muertas cubrían la ciudad y los campos.

Hacía tiempo que tenía su teléfono, él me lo había dado, sin embargo nunca se me había ocurrido llamarle, "para qué" pensaba yo... "para vivir" pienso ahora. No tenía nada que hacer, las mismas caras, los mismos apuntes, las mismas conversaciones... y ese número que no me decía nada. Busqué motivos inverosímiles para marcarlo, pero al final el mayor motivo fue el no tener otra alternativa. Así que le llamé.

La primera vez que hablé con el, no sentí nada especial. "Me gusta su voz" recuerdo que pensé. Nos habíamos visto en algunas ocasiones, pero siempre había demasiada gente, sin embargo por teléfono sonaba diferente. La suya era una voz pausada, alegre y triste a la vez.
Después de charlar un rato, quedamos en vernos. Y allí fui... creo que esa fue la primera vez que hice algo contra las reglas... algo fuera de esa normalidad que me aplastaba. Mi corazón comenzaba a despertar, y con su desvelo volvía a manar el agua que yacía estancada. Aunque yo todavía no podía saberlo...

Cuando le vi la primera vez no me gustó demasiado, quizá hasta me pareció algo serio y antipático. Recuerdo que pensé que tenía un andar muy despistado y que era algo dejado y triste, sin embargo tenía algo magnético que me atrapaba. Era como ese viento que arrastra a las nubes y las lleva consigo a través de la distancia. Así me sentía cuando estaba junto a el... tenía esa capacidad innata de hacer magia. Mientras le hablaba me escuchaba atento, como si eso que fuera a decirle, fuese a ser la cosa más importante del mundo. Parloteaba y él me atravesaba con sus ojos serenos y algo extraños, como si no pertenecieran a este mundo. Eran algo tristes, como si arrastrara con ellos todas las penas del mundo.
Cuando me miraba me ponía nerviosa, carraspeaba, sonreía, parpadeaba y me tocaba el cabello, sentía como si me leyera el alma y todo gesto era necesario con tal de que no captara que tan solo tenía delante de el una muerta en vida.

Recuerdo que al poco de conocernos discutimos por una tontería, el y yo siempre discutíamos mucho "parecemos un mal matrimonio" le decía, "no estaría mal que lo fueramos" me contestaba... y al rato reíamos de nuevo... .-"¿Sabes? si existe otra vida debí seguir en ella todas las reglas, las divinas y las humanas... estoy seguro que debí ser un hombre bueno".- "¿Y esoooo porqué lo dices?".-, "Porque a cambio la vida me regaló conocerte"...

Pronto nos hicimos inseparables... casi siempre estábamos juntos, siempre hablábamos, nos contábamos miles de historias y sueños, millones de planes que haríamos en cuanto terminásemos los estudios...
Sin yo saberlo entonces, poco a poco mi corazón se iba despertando... nunca hubiera imaginado que ese chico de ojos tristes y caminar pausado pudiera ser el motor que me hiciera volar lejos. Aún así por aquel entonces tenía miedo de enamorarme... yo no era del todo libre y enamorarme de él podría traerme muchos problemas. Así que lo evitaba "seremos solo amigos".- le decía.- "como hermanos del alma". Pero cómo puede un solo alma sostener el empuje de los sentimientos... era imposible, tanto como esa roca que trata de cambiar por si sola el curso de un río, al final... siempre acaba cediendo...

- ¿Por qué no le dejas?.- Me dijo un día
- Porque no puedo
- Pero si no le quieres...
- Eso no importa... aprenderé a quererle...
- Si que importa... es lo único que importa, el amor... lo demás es tan solo polvo, es fugaz y desaparece... el amor es lo único que merece la pena...
- Tu no lo entiendes...
- No, no te entiendo. Mírame...
- No.
- Mírame por favor...

Y levanté mis ojos y le miré... y sin saber cómo ni por qué nos fundimos en un beso...

(To be continued...)

Un besazoooooo!! pasar buen vierneeeeeeeees y buen findeee!! muaaks