MOMENTOS: ALGO CONTIGO, 3º PARTE Y FINAL :))

Y nos fundimos en un beso eterno... debió durar tan solo unos minutos, pero fue como si se parara el tiempo. Fue sentir el roce de sus labios y dejé de formar parte del mundo. Solo estábamos los dos, él y yo. El resto no importaba. Nuestros labios se entrelazaban freneticamente como si ambos estuviéramos sedientos, mientras, mi corazón galopaba sobre mi pecho. Mi mente decía "vete, aún estás a tiempo", pero mi cuerpo no le obedecía porque... yo ya no era yo... era solo un corazón feliz que galopaba libre en contra del viento.

Tardamos en llegar a su casa más de una hora, porque cada paso que dábamos era interrumpido por nuesros besos...
Cómo explicaros lo que sentía... ¿Acaso se puede explicar el amor cuando es verdadero?, ¿se podría definir la felicidad, o explicar un sentimiento?. Ojalá pudiera encontrar esas palabras que escritas de la forma precisa, pudieran definir cuánto amor tenía dentro. Pero no puedo. Busco algunos vocablos como: pasión, calor, energía, magia, deseo... pero no bastan, no son suficientes... Tan solo un poeta podría expresar lo que sentí en ese momento...

- ¿Pero abuelita cómo terminó? ¿Todo acabó en ese beso?
- Noo, al contrario... esa noche fue tan solo el comienzo.

A la mañana siguiente desperté sobre sus brazos. Nuestros cuerpos estaban entrelazados. Todavía era temprano, pero tenía que volver a casa...

- No te vayas, quédate conmigo aunque sea un momento... mejor, quédate siempre, ¿qué te parece?
- Jeje, ¿¿siempre?? y ¿crees que me soportarías siempre contigo?
- Uhmmmm, a ver...déjame que lo piense... estar siempre con la chica de mis sueños, una especie de bruja que me ha innotizado con su sonrisa y me ha arrancado el corazón... noooo, sería demasiado terrible... creo que no lo soportaría no, aún así quiero que te quedes... es más, ya no te puede escapar.-me decía riéndose mientras que con sus piernas atrapaba las mías.- Hale, ya está... condenada a quedarte aquí conmigo, no tienes escapatoria... que pena no te puedes ir...
- Jajaja, ¡Cómo que no!! tengo mis superpoderes!! ya sabes... superpatadas voladoras infalibles, no querrás probarlas, no??
- Vale, vale... tu ganas... pero recuerda que tienes mi corazón y que tienes que venir luego para dármelo... sino moriré entre terribles dolores, así que aquí te espero, no tardes mucho...
- Jaja, valeee "hombre de ojalata"... te prometo que volveré para devolverte tu corazón...

Se había hecho tarde ya y cogí un taxi que me llevara a casa. Mientras recorría la ciudad, que en esos momentos se estaba desesperezando, la imagen de mi novio me hizo volver a la realidad de una bofetada, ¿Qué es lo que había hecho?... De pronto se me cayó el mundo encima. No tenía que haber dejado que sucediera, debía haber sido más fuerte, al fin y al cabo yo no era libre. Comencé a agobiarme, ¿qué debía hacer?. "No volveré" me decía a mí misma, "le olvidaré, si he vivido hasta entonces sin conocerle, podré vivir sin saber más de él".
Siii, me da vergüenza decirlo, pero eso es lo que pensaba hacer, desaparecer, huir como una cobarde y tratar de olvidar lo ocurrido. Nadie lo sabría, tan solo yo, y así sería siempre. Mi novio jamás se enteraría y me resignaría a vivir así, porque al fin y al cabo, fue sólo una noche. "Sii, tan solo ha sido eso, una noche" me trataba de convencer a mí misma mientras volvía a congelar mi agua. Estaba decidido, no volvería a verle más. Y esa mañana decidí que jamás volvería a estar con él.

Poco a poco los días iban pasando como losas, y sus llamadas desbordaban mi teléfono. Al principio su tono era preocupado, luego enfadado, después tan solo me pedía que le diera alguna señal para saber que estaba bien. Sin embargo yo no hablaba, no contestaba. Dejaba sonar las llamadas y borraba sus mensajes. Me había propuesto firmemente borrarle de mi memoria para siempre, pero si os soy sincera...no podía. Yo era como esa luna que busca alejarse de su camino, pero que está condenada a seguir al sol, innotizada por su brillo.

Día y noche pensaba sólo en el, en su voz, en su mirada. Le veía en todas partes, mirara donde mirara allí estaba. A tanto había llegado mi locura que un día mientras paseaba por la calle, llegué a sentir cómo un escalofrío recorría mi cuerpo. Hubiera jurado sentir su olor cerca, su presencia serena. Frenética me giré decidida a lanzarme a sus brazos, pero allí tan solo estaba el vacío, la nada, ni rastro de él.

¿Cómo explicaros cómo me sentía?. Reía sin reir, hablaba sin hablar y sentía sin sentir nada por dentro. Era un cuerpo vacío, inerte y yerto que sólo subsistía a base de recuerdos. De día mi imagen era bien distinta, pero por la noche los fantamas volvían, hasta había veces que despertaba sobresaltada oyendo el latido de su corazón... ese que todavía no le había devuelto.
A pesar de que para mí la vida ya no existía, el mundo sorprendentemente continuaba su ciclo normal. Había terminado el otoño y por fin volvía la primavera. Los árboles lucían orgullosos sus verdes vestidos, los días se alargaban y las noches se hacían más cortas, sin embargo para mí el ocaso otoñal era una constante...

Es irónico ahora que lo pienso, pero las personas a veces somos demasiado orgullosas. Nos creemos los dueños del mundo, y llegamos a pensar que somos quienes manejamos nuestras propias riendas. Y ¡Ayyy de quien desafía el destino y cree domarlo!, al final siempre es él quien nos gana, y es que nunca lo olvideis... si hay algo que está escrito con tinta de oro en el libro de la vida dará igual cuantas vueltas tratemos de dar, cuantos giros tratemos de hacer para evitarlo, al final, el destino llamará a nuestra puerta. Y el mío llamó a la mía una tarde de julio en la que volví a verle...

- Hola, no sé si te acuerdas de mí, supongo que ya no... soy ese chico al que le robaste el corazón hace tiempo. No pretendo molestarte solo quería venir para que me lo devolvieras.

¡¡Era él!!, no podía creermelo. Estaba ante mí, en la puerta de mi casa, y esta vez no era un sueño. Pero estaba taan cambiado... no quedaba rastro de su inocencia. Tan solo sus ojos extraños y magnéticos, algo más entristecidos seguían siendo los de antes.

Mi primer impulso fue correr a sus brazos, decirle lo que le quería, lo que le había echado de menos, explicarle que jamás logré olvidarle, que si todavía seguía viva era por su recuerdo. Deseaba amarle, besarle eternamente, abrazarle, gritar como una loca, olerle, respirar su aliento, llenarme de él, y hacer ese momento eterno... Sin embargo, no hice nada de eso... porque cuando iba a saltar sobre sus brazos...volvió a hablarme...

- Quiero que me lo devuelvas, porque no quiero que te pertenezca... jamás nadie me hizo más daño que tú. Pensé que me querías, pensé que volverías. No sabes lo que es que quien tu amas te abandone sin mediar un porqué, no tienes ni idea de lo que es llamarte, buscarte y no encontrar nada, tan solo el silencio. A los pocos días de que desaparecieras, desesperado salí a buscarte, necesitaba verte y saber que estabas bien, tan sólo me hubiera bastado con eso. Fui a tu casa, y cuando estaba cerca te vi allí, sonriendo... con él. Eras feliz o al menos lo parecías. No sabes la soledad que sentí en ese momento. Al principio me alegré por ver que estabas bien y saber que no te había pasado nada malo, pero después te maldije con rabia por haberme engañado, haber jugado conmigo, haber sido tan cobarde. Después le maldije a él, por tenerte, por haber sido más fuerte que yo y haberte llevado, y por último a mi mismo, porque todavía, a pesar de todo, te seguía queriendo tanto que no podía si quiera odiarte... porque odiarte a ti sería como odiarme a mí mismo. Derrotado me fui de allí y me dejé caer en un banco. Pasaste cerca y de pronto te paraste, parecía que me habías visto, pero antes de que te volvieras me fui lejos... no quería que me vieras así...

- Así que eras tú... hubo un día que te sentí cerca...
- No, no era yo porque lo que quedó de mí murió aquel día contigo. Volví a casa y cogí el primer billete que encontré, decidí poner tierra por medio, sin embargo siempre estabas allí. Hiciera lo que hiciera, me llevaba a ti, tú que ya ni siquera te acordabas de mi existencia. Ya solo quiero descansar, cerrar esta puerta para siempre. Es por eso que decidí volver para que me devolvieras el corazón y despedirnos. Sé que es absurdo, que ha pasado mucho tiempo... pero necesitaba verte por última vez...

Mi mente estaba confusa, ¿Podía ser verdad?, le tenía frente a mí, pero ya era tarde, ya no me quería. Yo misma había matado nuestro amor. Le miré a los ojos, pero ya no me miraba, me veía sí, pero estaba lejos. Busqué su mano, pero no la encontraba, estaba junto a mí, pero no conmigo. Maldije mi recogimiento, mi cobardía, mi afan escapista, mi miedo al amor, a ese gran sentimiento... yo que lo había tenido todo en mis manos, lo dejé por ese maldito miedo. Una rabia terrible inundó mi alma, mi agua estalló en mil pedazos y volvió a manar libre, a correr salvaje mientras me decía "aun estoy a tiempo, aún puedo"...

- No puedo darte el corazón, ni quiero... está conmigo y ha estado siempre, porque siempre te he querido. El amor me asustó me dio miedo ser feliz, nunca había conocido la felicidad y ese día tú me la enseñaste, y ese descubrimiento me dio miedo. Pensé que te olvidaría, pero nunca pude... ni puedo... solo espero que todavía esté a tiempo...

Me lancé sobre sus brazos... sin embargo el no me abrazaba...

- Por favor, perdóname.- le decía llorando.- Perdóname, te quiero!!

De pronto volvió en sí y abrió sus brazos. Me abrazó con fuerza, como si ese abrazo fuera el último de su vida. Me levantó mientras me besaba y en brazos me llevó a la habitación... y... Bueno... esto no debería contaroslo... todavía sois pequeños (risillas de los nietos)... continuaré mi relato con lo que sucedió al día siguiente. Cuando desperté, a la mañana siguiente me volví para mirarle... pero no estaba. Me levanté sobresaltada mientras le llamaba. Pero nadie contestaba. Le busqué por la casa, por cada habitación, pero sólo el silencio. Me vestí apresuradamente y salí a la calle a buscarle, pero ni rastro de su cara. Extrañada volví a mi casa. Me dejé caer sobre la cama aún revuelta. Las sábanas todavía mantenían su olor, pero... ¿donde estaba?. Aparté la almohada y vi una carta. Temblando la abrí, me esperaba lo peor... la leí y me eché a llorar... decía:

"Lo siento... no puedo"

Su corazón ya no estaba... él se lo había llevado.

- No me lo puedo creer abuelita... ¿Se fue, así sin más? ¿Pero le volviste a ver?.
- Sii, se fue, así sin más... pero me dejó algo muy importante. Gracias a él dejé libres a mis sentimientos. Dejé a ese novio que tenía entonces y viví la vida por vez primera, viaje, luché, me levanté y volvía a caer, exprimí los días al máximo, cumplí mis sueños y fui feliz, sí, lo fui sin duda, y todavía lo sigo siendo. Ya os he contado, que a veces las personas creemos dominar nuestras vidas, sin embargo este es el error en que cae el hombre, el creerse más grande que el mismo Dios. Él también se enfrentó a su destino. Trató de marchar, pero el destino divertido, siempre jugó con nosotros.

Pasaron muchos años, y ya adultos nos volvimos a encontrar. Eran tan solo noches, días..., a veces eran sólo momentos, pero nuestras almas nos pertenecían. Dicen los indios que cuando salvas una vida te pertenece para siempre, y la mía era de el, puesto que él me había salvado... era lógico que siempre nos encontráramos más allá de la distancia y del tiempo.

(Silencio largo de los nietos)...
- Pero abuela... ¿Tu con 23 años no estabas todavía viviendo en casa de tus padres?
- Ehhh...mmmm, estoooo... buenooo, siiii...siii claro...
- Entonces... no me cuadra mucho la historia... hay cosas que no me encajan... Pero ¿te ha pasado a ti realmente o te la has inventado?
- Bueno, alee, dejarme, anda que voy seguir leyendo...
- ¿Y a todo esto... tu siempre nos contaste que jamás fuiste infiel, y que tampoco tuviste tantisimos amores...
- Venga, anda... iros a merendar, no os pongais detectivescos!... ya sabeis que os lo he dicho muchas veces: No dejeis nunca que la realidad estropee una buena historia :D
- ¿Y el abuelo?
- El abuelo, fue el amor de mi vida ya lo sabeis, sino no hubierta estado con él con lo libre que yo era...
- ¿Pero cómo lo supiste?
- Lo supe en cuanto vi sus ojos extraños y magnéticos...

The end

Espero que os haya gustado... o al menos os haya entretenido que ese era el fin, jejejej!! un besazooooooo!!

Muaaaaaaks!!